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Nuestro colegio

En los últimos años, dedicamos especial cuidado a prestar atención a las alergias e intolerancias de nuestros alumnos cuya sensibilidad a determinados alimentos ha aumentado considerablemente.  Y es que Según los expertos, las alergias e intolerancias han crecido en la última década y pueden llegar a afectar al 8% de la población, sobre todo a los alumnos de primer ciclo de Educación Infantil.  

Es por ello que el menú escolar de nuestro se adapta igualmente a las necesidades del alumno, bajo prescripción médica, entre los que se encuentran dietas bajas en colesterol, celiaquía o diabetes y por supuesto, las alergias. “Ahora hay más alumnos con alergias que antes”, confirma José María Vázquez, quien lleva siete años en los fogones de Ábaco. Una afirmación que es correspondida por Olga Drozhzhina, su ayudante en la cocina y encargada de supervisar el menú de cada alumno con dieta especial. “Todos me conocen y yo conozco a todos ellos”. 

Cada mañana, Olga y Ruth Rebollo, enfermera del centro, supervisan el menú escolar, así como las bandejas de colores dispuestas para los alumnos alérgicos. Ruth, al igual que Olga, lleva los 10 años de vida del colegio coordinando el gabinete de enfermería, así como la planificación, coordinación de los menús escolares y seguimiento de los alumnos con dietas individualizadas. “Antes sólo había alérgicos al huevo o la lactosa, ahora tenemos además alumnos alérgicos a los frutos secos, al pescado e incluso multi alérgicos a varios alimentos”.

Día a día

Llega la hora de comer. Los alumnos de Educación Infantil y primer ciclo de Educación Primaria que presentan algún tipo de alergia, tienen un sitio fijo en el comedor asignado durante todo el curso escolar, que ellos identifican con un cartel con su nombre e icono, el tipo de alergia y el color de la bandeja, siempre supervisado por la enfermera, personal de cocina, comedor y profesores que les acompañan.

Por otro lado, a partir de 4ºEd.Primaria y Educación Secundaria, son los propios estudiantes quienes se acercan a la ventanilla para entregar a Olga su cartel identificativo y preguntarle qué tipo de comida pueden comer según su alergia. “Aunque ellos saben lo que pueden comer, siempre preguntan”, confirma José María. 

Cada día, Ruth y José María revisan los alérgenos de la comida del día que muestran en un tablón de anuncios a través de dibujos que todos los estudiantes pueden identificar. Unos alérgenos que están incluidos igualmente en el menú escolar, revisado y coordinado por enfermería, siguiendo el asesoramiento nutricional y protocolo de la Comunidad de Madrid. 

“El protocolo a seguir cuando una familia identifica una alergia es comunicarlo al tutor y a la enfermera para proceder a eliminar el alérgeno correspondiente en el menú escolar del alumno y comenzar su seguimiento junto al resto de profesorado y personal de cocina”, explicar Ruth. “Resultan de vital importancia los informes médicos así como la medicación pautada por el facultativo en caso de que haya una ingestión accidental”. 

 

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