Es la una de la tarde en el comedor del colegio Ábaco y las mesas ya están dispuestas con sus bandejas listas para servir la comida. La mayoría son marrones, salvo algunas de ellas que destacan por los colores verde, rojo, azul o amarillo. De los 1400 alumnos que comen cada día en Ábaco, 160 de ellos tienen un menú adaptado a una dieta libre de alérgenos.
“Tenemos un menú adaptado a los alumnos y a sus sabores. Nuestro objetivo es conseguir que los alumnos disfruten de la comida y que ésta sea lo más sana posible”. Pablo Ramírez lleva al frente de la cocina los diez años de vida del colegio y ahora coordina las cocinas de los colegios 3A.
En Ábaco, las croquetas y los macarrones con tomate se llevan el primer puesto. Un menú elaborado por el equipo de cocina quienes cada día comienzan a cocinar a las ocho de la mañana para tener el almuerzo listo a la hora de comer a partir con un menú personalizado de productos naturales y locales teniendo especial cuidado en la elaboración de cada salsa, siempre adaptando las necesidades de los alumnos y alumnas. “Elegimos los proveedores en función de la calidad del producto, teniendo en cuenta su frescura pero también que provea buen servicio”, confirma Pablo Ramírez. Un comedor dispuesto en bandejas de colores y etiquetas para asegurar la nutrición de cada alumno y alumna de Ábaco.
El menú escolar de Ábaco se adapta a los protocolos de exigencia de la comunidad de Madrid, a partir de los cuales incluimos los 14 alérgenos de declaración obligatoria divididos en diferentes menús y que incluye recomendaciones de desayunos, meriendas y cenas. ¿Cómo gestionar cada menú? “Adaptándolo a las necesidades específicas de cada alumno, e intentando que sea lo más similar posible”, confirma el jefe de cocina 3A.
Tanto alumnos, profesores, como personal docente y no docente almuerza cada día el mismo menú escolar en sus diferentes variantes, un almuerzo que ha sido valorado igualmente por los tutores y familiares del colegio, quienes han visitado igualmente el comedor para probar de primera mano el menú escolar.
“Todos los días los alumnos pueden elegir la opción de fruta a la hora del almuerzo con el objetivo de acostumbrarlos a comer de manera sana, saludable y responsable”, confirma Ruth Rebollo, quien lleva los 10 años de vida del colegio coordinando el gabinete de enfermería, así como la planificación, coordinación de los menús escolares y seguimiento de los alumnos con dietas individualizadas.
Un menú escolar que no ha parado de evolucionar adaptándose al aumento del número de alumnos, de 600 en 2008 a más de 1.400 en 2019 almuerzan cada día en el colegio. “El menú ha cambiado y ahora es más sano. Los fritos se han sustituido por verduras, legumbres y pescado a la plancha”, confirma el jefe de cocina 3A.
Ahora, el reto pasa por alcanzar un menú escolar que guste a los estudiantes y sea a su vez nutritivo. “Nuestro reto pasa por adquirir mayor variedad de alimentos sin perder la esencia de la comida tradicional del menú escolar, que al final es la que más gusta a los alumnos”, explica José María Vázquez, cocinero de Ábaco. “Poco a poco vamos incluyendo mayor variedad de alimentos con nuevos platos elaborados”, confirma Pablo Ramírez.
Fruta y leche durante el recreo
Durante el tercer trimestre del curso escolar, los alumnos y alumnas de Educación Primaria, ESO y Bachillerato reciben su porción de fruta y leche durante el recreo de media mañana: lunes, miércoles y viernes leche, y martes y jueves, fruta. Una iniciativa impulsada junto a la Comunidad de Madrid, con el objetivo de promocionar hábitos saludables entre la comunidad estudiantil. ¡Buen provecho!
